martes, 17 de febrero de 2015

La dura realidad: "Tu Bebé está Muerto", "Mi bebé murió"

El otro día tuve que decirle a una persona que prescindiría de sus servicios. Ella escuchó mi explicación de la situación, pero luego no escuchó nada mas.
Mas tarde hablando con mi marido al respecto, recordé cuando murió nuestro primer hijo. Recordamos juntos ese momento y entendimos como a veces la realidad te la tienen que decir de manera cruda, descarnada, directa ya que de otra forma, debido al shock, no podés entenderlo.
Luego de que el obstetra no encontrara los latidos de nuestro bebé en la consulta de rutina de la semana 28, nos envió a hacer una ecografía. El decía que su equipo no estaba funcionando bien, y para mí mi bebé se movía, menos, pero se movía.
Esperamos infinitamente en la clínica ya que era cambio de turno de las 21hs. El técnico se retiró sin atendernos y el siguiente parece que aún no había llegado.
Cuando finalmente nos atendió nos dijo que nuestro bebé no tenía movimientos ni latidos. Nos pidió el número de celular de nuestro obstetra y salió del consultorio.
Yo no lo podía creer. No era posible. Había escuchado bien, perfectamente: mi hijo estaba muerto, pero no podía creer que fuera la realidad. Dije en voz alta varias veces "no puede ser, no puede ser, no puede ser" y mi marido me dijo "No te preocupes, todo va a estar bien" intentando abrazarme porque yo ya me había parado. Y sin reparos le dije "¿Cómo va a estar todo bien si está muerto?". Claro, él no había entendido.. o mejor dicho.. no estaba entendiendo la realidad ya que nadie se lo había dicho claramente.
Hoy creo que es importante usar las palabras correctas y adecuadas de lo que pasa o que pasó. Ayuda a aceptar la realidad de lo sucedido. Luego viene la etapa de la aceptación.. pero ese, es otro tema...

2 comentarios:

  1. A partir de la muerte de mi bebé,aprendí el gran poder que tienen las palabras. Creo que la gente no se da cuenta de su importancia hasta situaciones en que la falta de ellas o el mal empleo pueden hacer más duro aún, un momento de por si terrible.

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    1. No, no nos damos cuenta... el poder de las palabras: para sanar, para entender o hasta para lastimar...

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