jueves, 27 de febrero de 2014

Lo que perdí

Además de perder un hijo perdí una ilusión. Perdí vivencias. Perdí clichés. Perdí una dulce espera. Perdí la inocencia del embarazo. Perdí expectativas. Perdí sacarme fotos de la panza divertidas y con una sonrisa. Perdí otro embarazo. Perdí las esperanzas de que todo va a salir bien.
 
Algunas de las cosas que esperaba fueron:
- Salir de la clínica con un bebé en brazos: salí con las manos vacías y un manto de lágrimas. Luego tuvimos que regresar a la clínica pero a retirar el cuerpito
- Curso preparto: el día que fui al control de la semana 28 justo me daban la orden para realizar el curso, pero nunca llegué - ni a mi casa.
- Baby Shower: en ese época no estaba de moda, pero ya tampoco lo puedo hacer porque no concibo la idea de que algo pueda pasar y que me queden tantos recuerdos
- Un hijo es para siempre: eso lo escuché mil veces y por eso no niego que haya pasado por mi vida. Pero cuando se fue no me sentía madre.
- Día de la Madre: ¿cuántas mujeres embarazadas festejan el día de la madre?
- Hablar del futuro con el bebé: hasta hoy me cuesta hablar de otro embarazo/hijo, termino diciendo frases como "si todo sale bien, estará llegando en enero"

Muchas de estas cosas las pude realizar durante el segundo embarazo pero ya no eran lo mismo.
 
También me decían cosas con las cuales no me sentía identificada o cosas que se notaba que no entendían que aunque estuviera nuevamente embarazada ya no era lo mismo.
- Dormí ahora que después no vas a tener tiempo: yo no dormí un año entero porque recordaba la muerte de mi bebé y lloraba. Prefiero no dormir porque tengo un hijo vivo!
- No podés ni ir al baño sola: que mejor que acompañada por mi bebé
- Viste, todo llega. El Señor es generoso: ¿también lo fue cuando se llevó mi bebé y me dejó con el corazón partido?
- La vida te recompensó: ¿qué significa? ¿que para tener a mi hija se tuvo que morir primero el otro?
 
Tal vez soy muy dura con los demás. Yo solo quiero que sean mas empáticos...

sábado, 22 de febrero de 2014

Cuatro Pasos hacia un Duelo Satisfactorio

1. Aceptar la muerte

Seguramente es lo mas duro que nos pasó en la vida pero debemos aceptar los hechos: el bebé se murió y no va a regresar. Puede ser que lo entendamos pero otra cosa es que lo aceptemos. Esta etapa puede durar hasta un año: llorando y negando lo que pasó. Aceptá que llevará un tiempo, es normal. 
 
Probá hablar de lo sucedido. Compartí tu dolor. Realizá un ritual de despedida. Creá una memoria. Todo suma a que de a poco vayas aceptando la muerte y comenzarás a sentir que está llegando el momento de decir “adiós”.  
Vivir a fondo el sufrimiento nos ayuda a curarlo. Hay que sacarlo afuera y cada persona debe encontrar la forma, si es compartiéndolo con la familia, amigos o personas que hayan pasado por algo parecido; en forma pública o privada.
 
2.  Vivir sin él

Además de vivir el duelo, aceptando lo que pasó también hay que aprender a seguir viviendo sin esa personita. Un pasito por día. Volver a relacionarse con la familia y los amigos desde otro lugar y no desde el dolor. Tal vez con cosas cotidianas y recreativas. O probando actividades nuevas que nos ayuden a distraernos, despegar la mente y focalizarnos en otras cosas.
Al realizar un duelo satisfactorio nos permitimos volver a vivir, a tomar decisiones, a realizar nuestras tareas cotidianas, a relacionarnos con los otros y a encontrarnos con un nuevo yo en un nuevo mundo.


3. Volver a vivir

Y un día sentimos que llegó el momento de decir “adiós”, de dejar ir a ese angelito para que descanse en paz y decirle “hola” a nuestra nueva vida con sus nuevas posibilidades.
 
Nunca lo olvidaremos y no está mal querer volver a ser felices, volver a reírnos, volver a amar y a disfrutar.
Tampoco está mal querer tener otro bebé porque nunca podrá ser reemplazado. Es solo que nuestro amor es tan pero tan grande que necesitamos dárselo también a otra personita.
 
4. Terminar el duelo
 
Nos daremos cuenta que hemos logrado un duelo satisfactorio cuando al recordarlo no solo se dibujen lagrimas en nuestra cara, sino también una sonrisa por el amor compartido durante ese tiempo.
Ya no sentiremos ningún dejo de culpa.
También creeremos en lo mas profundo de nuestro corazón que no hace falta cambiar lo sucedido porque nos sentimos en paz y todo tuvo un sentido lleno de amor.
Un hijo es para toda la vida y una pérdida también. Está en nosotros resignificar el paso de ese angelito por nuestra vida, como así también su muerte.

martes, 18 de febrero de 2014

El Jardín de las Delicias

Era febrero de 2010. Sabía que tenía que ocupar mi tiempo y despejar mi mente. Tenía todo el tiempo del mundo: Ya me había dado de baja en la facultad, no aguantaba a nadie y nadie me aguantaba. Llegaba del trabajo y me encontraba sola con el tiempo... muucho tiempo. Pero no podía concentrarme en nada. Y encima tenía una habitación vacía.

Alguna vez había armado un rompecabezas pero llevan mucho tiempo. Eso!! a mi me sobraba!
Fuimos con mi marido a comprarlo. Y elegimos dos: un mapamundi y el Jardín de las Delicias de Hieronymus Bosch.

Pusimos en la habitación una madera del tamaño de una mesa sobre unos puff y una pequeña silla. Comencé armando las imágenes de la derecha y tardé un montón. Pero antes de terminarla ya estaba armando la del centro. Terminé la de la derecha, luego seguí con la del centro y comencé también con la de la izquierda. Al faltar la mitad de la izquierda y un par de fichas de la del centro, un día me levanté y ví que estaban completas... mi marido se había quedo hasta tarde terminándolo.

Aca les paso la foto.


Entonces miré y ví. Cuando comencé estaba en el infierno (obviamente!), después al pasar el tiempo (sanando mi corazón y pasando el duelo) entré en el jardín de las delicias para terminar finalmente en el Jardín del Edén con la ayuda de mi marido.

Me sorprende los mensajes que encontramos en la vida.

Ayer leía que el cuadro se interpreta de izquierda a derecha y está relacionado con el principio y el fin humano. Pero yo fui al revés. Para mi fue un proceso sanador.

Hoy está enmarcado y colgado en nuestra habitación, arriba de la cama - como algo privado, muy nuestro.

 

lunes, 10 de febrero de 2014

Sentirse Madre

Estuve leyendo el libro "La Cuna Vacía" y me encontré con una idea que quiero compartir con ustedes.
 
Según los últimos estudios hechos en ratas por investigadores de Singapur, China y Japón durante el embarazo las células del embrión emigran al cerebro de la madre. Parece ser que estas células fetales pueden permanecer en el cuerpo de la madre hasta más de veinte años después del embarazo. Las criaturas que viven en nuestro interior dejan huella... Las madres de los bebés no nacidos lo sabían, pero ahora lo explica la ciencia. A partir del día quince de la gestación, ya implantado en el útero, el embrión se comunica con los tejidos de la madre.
 
Entonces pensé que tal vez esta sea la razón porqué no podemos olvidarlos y por la cuál nos sentimos diferentes después (mas allá de la experiencia traumática).
Una de las frases que me daba vuelta ese fatídico 2010 era lo que me dijo una amiga en 2009 "Ya no vas a estar sola" refiriéndose a la llegada de mi bebé. Todo el tiempo pensé que continuaba sola pero ahora me siento mejor con esta idea. Al pensar en este estudio me hace sentir esperanza, de que mis bebés aún viven en mí como cuando los conocí y que me acompañan a todos lados ya sea que nacieron vivos o muertos.
 
 
 

jueves, 6 de febrero de 2014

No hay receta para volver a vivir

Luego de perder a un hijo nos sentimos devastadas, sin sentido ni fuerzas. No sabemos cómo levantarnos, cómo respirar... cómo vivir. El dolor es tan pero tan fuerte que estamos como en cámara lenta. Sentimos que nosotras nos detuvimos pero el mundo continúa en movimiento. Todos los demás continúan viviendo. Después de un tiempo, y a pesar de que nuestro corazón esté completamente roto, nos vamos dando cuenta que nosotras aun estamos vivas pero no sabemos qué hacer.
 
Muchas mujeres se preguntan, y me preguntan, cómo vivir o seguir a delante. Y la verdad es que no hay un manual ni una receta, lamentablemente. Al menos yo aún no lo descubrí. No hay nada universal que pueda ayudarnos a volver a vivir ya que todas somos diferentes. Nuestras vidas son diferentes. Nuestras historias son diferentes. Nuestras costumbres son diferentes. Pero podemos agrupar un par de cosas y ver cuáles nos sirven.

- Apoyarnos en la familia/hijos
- Contactarnos con la religiosidad
- Aceptar que llevará tiempo
- Tener esperanzas que estaremos mejor
- Vivir el duelo
- No culparnos por lo que pasó
- Comenzar alguna actividad que nos distraiga (gimnasia, manualidades, idioma, jardinería, etc.)
- Compartir nuestros sentimientos con las personas que nos aman
- Buscar apoyo profesional, redes de apoyo o de personas que hayan pasado por lo mismo
- Llorar todo lo que sea necesario
- Crear una memoria o un diario de duelo
- Aceptar nuestros sentimientos de bronca o envidia y dejarlos ir
- Cambiar nuestro look
- Aprender a pedir ayuda
- Escribir un libro o blog sobre nuestra historia, experiencia y sentimientos
- Comunicarse y preocuparse por los sentimientos de la pareja
- Encontrar otro significado a la muerte / paso de esa personita por nuestra vida
- Buscar y leer material sobre duelo, pérdidas gestacionales, etc.
- Ayudar a otras personas
- Aceptar lo que pasó
 
Seguramente con el tiempo aparezcan mas, pero es un buen comienzo, ¿no?
Me gustaría poder sumar mas cosas así nos ayudamos entre todas. Espero que alguna mami que lee este artículo se anime a compartir las cosas / actividades que le está ayudando a seguir adelante y a vivir con angelitos en el cielo.

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