miércoles, 26 de marzo de 2014

Mi Paso por Neo

A los dos días del alta de nacimiento de Ana volvimos a la clínica para los controles ya que su bilirrubina estaba aumentando.
Yo no la veía tan amarilla como el día anterior así que estaba mas tranquila y pensaba que el análisis saldría bien.
Hay momentos que quedan marcados en mi retina.. y en mis células. Mi marido le consultó a la secretaria si ya tenían el resultado del análisis de sangre, se giró y me hizo el gesto del pulgar hacia abajo. Sentí de repente un calor que me subía desde los tobillos pasando por mi corazón que lo aceleraba, subía mi temperatura y terminaba explotando en mi cabeza. Teníamos que internarla.
Luego que nos habló la doctora nos escoltó un guardia de seguridad hasta el otro edificio. Ana y yo con las pulseras puestas ya. Y yo llorando. Obviamente no pensaba salir corriendo, pero es intimidante que te acompañen así.
 
Llegamos a Neo. Nos explicaron todo y yo seguía sin poder parar a llorar. Eran muchos sentimientos encontrados y seguramente muchas hormonas a flor de piel. Pensaba qué le diríamos a Sofi. La noche anterior había sido la primera de Ana en casa y cuando Sofi se levantó dijo "Y Ana dónde está?" y le mostré que estaba dormida en la cuna. Pero ahora.. ¿qué le diría? si le explicaba... tenía miedo que Sofi pensara que un día la dejaríamos a ella en la clínica...  
Pero no era solo eso lo que aprisionaba mi corazón. Dejarla ahí solita... eso también. Y salir de la clínica otra vez con las manos vacías... removiendo el pasado aunque con una hija viva esta vez.
A la noche cuando tuve que irme a casa le dije "Se fuerte Ana. No escuches a los otros bebés llorando. Toma sol y quédate tranquila que mami viene mañana a primera hora. Te amo hija." Si bajaba un poco de peso por el stress quedaría debajo de los 2kg y se extendería su internación por bajo peso. Pero, como dije una vez, Ana es una luchadora muy fuerte... desde que era un par de células y cuando la pesaron aumentó 200gr!!!!!! ¡Grande Ana!
 
En la sala de padres conocí a un papá que estaba allí porque su bebé tenía problemas cardíacos (bastante complicados). Se lo veía fuerte. Ni se le escapó una lágrima al contarme su historia. Era admirable. Su hijo peleaba por la vida dos o tres veces al día cuando tenía un paro y lo resucitaban y yo lloraba porque mi hija tenía la bilirrubina alta (que tratada con lámpara a tiempo no es nada grave).
 
Y esa es la vida de los padres en Neo. Ven tanto sufrir a sus hijos hora a hora que forman una coraza para vivir día a día y no romperse en pedazos. Algunos mejoran y les dan el alta. Otros siguen esperando que llegue el milagro de que sus hijos se sanen y estén finalmente juntos, en casa. Y otros, lamentablemente, terminan teniendo un angelito en el cielo.
 
"Image courtesy of arztsamui / FreeDigitalPhotos.net".
 

2 comentarios:

  1. Me encantan tus artículos, estaba esperando q publiques algo. Soy Belén, te conté mi historia y nos estuvimos escribiendo por mail. Había mejorado, pero ahora de vuelta para abajo.. Muy para abajo. Supongo q por q es muy pronto, hace dos meses ya q se me fué mi angelito. Un abrazo grande, te sigo leyendo!

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    1. Hola Belén! claro que me acuerdo de vos :) Gracias por seguir en contacto y por tus comentarios que me dan energía positiva para seguir con este proyecto.
      El duelo es como una montaña rusa... subís, bajás, tenés miedo y a veces disfrutas de la vida también. Apoyate mucho en tu pareja y en tu mamá. Y si querés sabés que podes escribirme también.
      Te mando un abrazo lleno de fuerza...

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