1.
Aceptar la muerte
Seguramente es lo mas duro que nos pasó en la vida pero debemos aceptar los hechos: el bebé se murió y no va a regresar. Puede ser que lo entendamos pero otra cosa es que lo aceptemos. Esta etapa puede durar hasta un año: llorando y negando lo que pasó. Aceptá que llevará un tiempo, es normal.
Seguramente es lo mas duro que nos pasó en la vida pero debemos aceptar los hechos: el bebé se murió y no va a regresar. Puede ser que lo entendamos pero otra cosa es que lo aceptemos. Esta etapa puede durar hasta un año: llorando y negando lo que pasó. Aceptá que llevará un tiempo, es normal.
Probá
hablar de lo sucedido. Compartí tu dolor. Realizá un ritual de despedida. Creá
una memoria. Todo suma a que de a poco vayas aceptando la muerte y comenzarás a
sentir que está llegando el momento de decir “adiós”.
Vivir
a fondo el sufrimiento nos ayuda a curarlo. Hay que sacarlo afuera y cada persona
debe encontrar la forma, si es compartiéndolo con la familia, amigos o personas
que hayan pasado por algo parecido; en forma pública o privada.
2.
Vivir sin él
Además de vivir el duelo, aceptando lo que pasó también hay que aprender a seguir viviendo sin esa personita. Un pasito por día. Volver a relacionarse con la familia y los amigos desde otro lugar y no desde el dolor. Tal vez con cosas cotidianas y recreativas. O probando actividades nuevas que nos ayuden a distraernos, despegar la mente y focalizarnos en otras cosas.
Además de vivir el duelo, aceptando lo que pasó también hay que aprender a seguir viviendo sin esa personita. Un pasito por día. Volver a relacionarse con la familia y los amigos desde otro lugar y no desde el dolor. Tal vez con cosas cotidianas y recreativas. O probando actividades nuevas que nos ayuden a distraernos, despegar la mente y focalizarnos en otras cosas.
Al
realizar un duelo satisfactorio nos permitimos volver a vivir, a tomar
decisiones, a realizar nuestras tareas cotidianas, a relacionarnos con los
otros y a encontrarnos con un nuevo yo en un nuevo mundo.
3. Volver a vivir
Y un día sentimos que llegó el momento de decir “adiós”, de dejar ir a ese angelito para que descanse en paz y decirle “hola” a nuestra nueva vida con sus nuevas posibilidades.
Nunca
lo olvidaremos y no está mal querer volver a ser felices, volver a reírnos,
volver a amar y a disfrutar.
Tampoco
está mal querer tener otro bebé porque nunca podrá ser reemplazado. Es solo que
nuestro amor es tan pero tan grande que necesitamos dárselo también a otra
personita.
4.
Terminar el duelo
Nos
daremos cuenta que hemos logrado un duelo satisfactorio cuando al recordarlo no
solo se dibujen lagrimas en nuestra cara, sino también una sonrisa por el amor
compartido durante ese tiempo.
Ya
no sentiremos ningún dejo de culpa.
También
creeremos en lo mas profundo de nuestro corazón que no hace falta cambiar lo
sucedido porque nos sentimos en paz y todo tuvo un sentido lleno de amor.
Un
hijo es para toda la vida y una pérdida también. Está en nosotros resignificar
el paso de ese angelito por nuestra vida, como así también su muerte.
Me encanto lo que escribiste... Gracias por tus palabras!
ResponderBorrarSaludos Hope11
Gracias Hope! espero que te sean útiles. Te mando un fuerte abrazo!
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