![]() |
"Image courtesy of bplanet /
FreeDigitalPhotos.net".
|
Luego del nacimiento de Sofi (segundo
embarazo) estábamos mas tranquilos y confiados que la muerte de nuestro primer
hijo había sido única. Creímos que la probabilidad de que algo malo nos
volviera a pasar era baja.
A unos días de mi cumpleaños 37, con 7
semanas de gestación comencé con pérdidas. Pensamos que tal vez sería algo
parecido al embarazo de Sofi, que con progesterona y reposo pasaría. Pero en
menos de 12hs se desencadenó lo peor: un aborto espontáneo. Cuando estábamos
yendo para la clínica perdí lo que parecía ser la placenta en el baño de casa.
No podía tirar el botón sabiendo que tal vez allí estaría mi hijo/a. Lo guardé
en un frasco. En la clínica, mediante ecografía nos confirmaron que ya no tenía
yo nada y no necesité un legrado. Solo antibióticos y otra medicación para
ayudar a que no quedara nada en mi…
No podía llevarlo al cementerio ni
dejarlo en el frasco. Fui a un vivero y pedí una planta que aguante el frio y
el calor. La traje a casa en una linda maceta y allí lo puse, dignamente.
Nunca sabré si el embrión llegó a
formarse pero mi corazón de madre lloró otra vez.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario